Histórico: compartir auto ya es legal en California
Los entusiastas de la economía colaborativa están festejando en todo el mundo. Hoy la Comisión de Utilidades Públicas de California (California Public Utilities Commission, CPUC) aprobó la primera regulación sobre sistemas de movilidad compartida (ridesharing), tales como Lyft, Sidecar y UberX. Estos sistemas ofrecen desde compartir el viaje con otro conductor pagándole una suerte de compensación, hasta pagarle a otro particular -como si fuera un remís- por el servicio del viaje.
La CPUC anuncia que considerará a estas plataformas «transportadoras de pasajeros charter (charter party passenger carriers) sujetas a la jurisdicción de CPUC”. Por eso, el organismo “tomó acción para asegurar que la seguridad pública no está comprometida por la operación de transporte”. Para regular esta operación creó la categoría “Compañía de Red de Transporte” (“Transportation Network Company, TNC), que se aplica “a compañías que proveen servicios de transporte prearreglados por una compensación, usando una aplicación online o una plataforma para conectar pasajeros con conductores que usan sus vehículos personales”.
La CPUC estableció 28 reglas para las TNCs. Entre ellas, el chequeo de antecedentes penales de cada conductor, una inspección de 19 puntos para los autos, un programa de entrenamiento para conductores, una política de tolerancia cero para alcohol y drogas y un seguro que cubra a los pasajeros en caso de accidentes. Es decir, una semi (como mínimo) profesionalización.
El año pasado, la actividad de estas empresas había sido prohibida en California, gracias a la presión de las uniones de taxistas, que decían que no podían competir contra servicios desregulados y más baratos. La CPUC no cambió de idea por casualidad: la economía colaborativa también tiene sus lobbistas. Según Politico, los lobbistas que trabajan con Uber están relacionados con el presidente Barack Obama y el intendente de Nueva York Michael Bloomberg. Por su parte, Natalie Foster, fundadora de la asociación Peers, asegura que representa a 15000 “miembros de la economía colaborativa”, y cita una encuesta que sostiene que el 77% de los californianos apoya el ridesharing.
Es la primera vez que se regula una actividad de la economía colaborativa, que suele manejarse entre zonas grises y agujeros legales. Es un hecho histórico y un caso testigo de cómo este movimiento cambia los sistemas de producción y consumo, y mueve el tablero de la economía formal. La búsqueda de un marco legal para intentar combinar los intereses de todos los actores y proteger a los ciudadanos es una gran noticia: esto recién empieza.