Balance 2017 colaborativo: 17 puntos a recordar

Marielle Ramires en Comunes 2017 - Foto: Emergentes

Qué larguísimo fue 2017.  Pasaron tantas cosas que cuesta llevar registro; como dice la querida Heloisa Primavera, todo al mismo tiempo ahora. Y sin embargo, es importante registrar, historizar, seguir los procesos.

En 2017 hablamos mucho de valor. De qué tiene valor, de cómo se produce y reproduce. Y también del valor necesario para tomar acciones en pos del cambio real.

Aquí registramos 17 puntos importantes del año en relación con las economías colaborativas, en sentido amplio. Es decir que pensamos también en cultura libre y abierta, en bienes comunes y bien común, en sistemas horizontales y de pares, en derechos digitales y humanos, en la tecnología como factor de concentración o desconcentración del poder, en las múltiples luchas contra la desigualdad y la exclusión. La lista es ecléctica, y un poco recursiva: todo al mismo tiempo ahora.

1-Blockchain y criptomonedas hasta en la sopa
2-Encuentro Comunes 2017: la consolidación
3-La Semana de la Economía Colaborativa, una institución
4-OuiShare en Argentina, segunda fundación
5-NESI y Colaboramerica, vidrieras de las nuevas economías
6-La hora de Loomio
7-Economía colaborativa como vector del desarrollo: el programa de CIPPEC
8 -Coworking: llegó WeWork, gigante global
9 -Es la ética, estúpido: la caída de Travis Kalanick, fundador y CEO de Uber
10-La renovación de Creative Commons y el inicio de Open GLAM en Argentina
11-Mediactivismo en acción: los encuentros de Facción, RNMA y Tensión en la red
12-Más espacios de aprendizaje libre: Club de Software Libre de Barracas y R’yleh Hacklab, Festival de Cultura Libre de Rafaela
13-La Ciencia Abierta y Ciudadana crece
14 -Diego Gómez, absuelto: Compartir no es delito
15- El imperio de los datos: del BigMac al BigData
16 -Caja Negra, el documental que explica por qué el #NoalVotoElectrónico
17- Una aña importanta

 

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Blockchain y criptomonedas hasta en la sopa

Si en 2016 ya se hablaba mucho de blockchain, 2017 fue el año en que salió de los nichos techies para estar en boca de todos (aunque poca gente entienda bien de qué se trata). Esta plataforma para bases de datos distribuidas es para muchos el nuevo fetiche del solucionismo tecnológico; en Argentina apareció hasta en el Boletín Oficial, promovido contra todos los males de este mundo. Quizás sea demasiado pedirle.

Más allá de su aptitud como “fábrica de humo” (algo que comparte con todos los conceptos complejos), es una herramienta potente para descentralizar contratos y finanzas, que puede usarse de mil maneras. Las criptomonedas hace rato dejaron de ser sinónimo de bitcoin para convertirse en un mundo de posibilidades. Faircoin desde Europa (y muchos lugares más, ¡incluida Argentina!) y Moneda Par en Argentina son solo dos ejemplos de usos orientados a las finanzas justas, productivas y solidarias. En la cruzada por descentralizarlo todo, el sistema financiero resulta un eje central. Está por verse cómo encontrarle la(s) vuelta(s) al blockchain para que produzca sistemas más justos, no más especulativos. Como se dijo en Colaboramerica, “blockchain para el bien”.

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Encuentro Comunes 2017: la consolidación

Comunes 2017 - Foto: Emergentes

Del 28 de junio al 3 de julio celebramos la segunda edición del Encuentro Comunes. Y digo celebramos porque fue una fiesta :-). Fuimos más de 600 compartiendo unas 50 actividades, entre charlas, talleres, películas y discusiones, con invitados de lujo como Valentin Thurn, Sophie Bloemen, Claudio Ruiz y Rodrigo Savazoni, entre muchos otros. Desde la primera noche seguimos el hilo invisible que une la comida agroecológica con la cultura libre en internet, los clubes de autocultivo de cannabis en Uruguay con los laboratorios de innovación ciudadana: la convicción de que hay maneras de producir y gestionar entre pares por fuera de lo que mercado y estado enseñan a tomar como versión única. A lo largo de tres días conocimos e interconectamos un abanico de esas alternativas, gracias a una programación colaborativa que abrió más puertas de las que podíamos soñar. Hablamos de cómo gobernar los bienes comunes y del futuro del trabajo, de cooperativas y de monedas alternativas, de feminismos y data. Cerramos con un sábado de lujo en el Club Cultural Matienzo, con Club de Reparadores, Un árbol para mi vereda y la performance de danza Elemental, de la Compañía de La Paternal. La ronda final sobre casas colectivas reunió a cooperativistas de larga data y jóvenes muy jóvenes iniciando sus propias plataformas. Un grupo de asistentes de Córdoba nos invitó a su propio festival, Open Todo, inspirado en una de las mesas de Comunes 2016 🙂 <3 <3

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La Semana de la Economía Colaborativa, una institución

La Semana llegó a su cuarta edición como festival distribuido P2P en 2017. Fue del 8 al 14 de mayo, en más de veinte ciudades de seis países, de Argentina a Colombia. 47 equipos de coproductores hicieron rodar 60 actividades para celebrar la colaboración en todas sus formas. Aquí algunas imágenes.

4

OuiShare en Argentina, segunda fundación

El 2016 había terminado con una reunión de conectores de OuiShare en Buenos Aires, aprovechando un coletazo del festival Colaboramerica. Ahí se formó un nuevo núcleo local que a lo largo de 2017 generó charlas y encuentros, y se sumó a la Semana de la Economía Colaborativa. Algunos temas: sistemas de salud colaborativa, movilidad, métricas. Se puede seguir su trabajo en el grupo de facebook OuiShare Argentina.

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NESI y Colaboramerica, vidrieras de las nuevas economías

Colaboramerica 2017

En abril se celebró el primer foro global New Economy and Social Innovation (NESI Forum), en Málaga, España, bajo el lema “Cocreando la nueva economía”. Fue impulsado por el Global Hub que conduce Diego Isabel La Moneda, parte del movimiento de Economía del Bien Común. Allí se dieron cita varios cientos de referentes de nuevas formas del hacer. El encuentro terminó con un manifiesto colectivo, la Carta de Málaga, que propone una circulación económica ética, al servicio de las personas. Después del encuentro, algunas argentinas que habían asistido formaron en Buenos Aires el Núcleo, un grupo de investigación en nuevas economías.

En noviembre, Río de Janeiro volvió a recibir activistas y emprendedores de todo el mundo para conversar sobre nuevas economías en la segunda edición del festival Colaboramerica, organizado por las ramas brasileñas de Sistema B y OuiShare. Este año fue mucho más grande que el anterior, y multiplicó los espacios de encuentro e intercambio. Más allá del contenido de las charlas y talleres, funcionó como una gran vidriera para conocer el estado de la conversación sobre alternativas regenerativas en la región (y para brindar con amigos). Un resumen de las charlas puede verse en esta galería.

6

La hora de Loomio

En abril, durante el Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (que ya va tercamente por su ¡13 edición!), nos cruzamos con una charla que explicaba cómo usar Loomio. Se trata de una plataforma digital para tomas de decisión colectivas creada por la red cooperativa neocelandesa Enspiral. Nos sorprendió, porque habíamos conocido a sus fundadores en el Kultur Symposium Weimar, en 2016. Como es un sistema abierto y libre, ahora en Argentina lo usa -y lo promueve- la gente del Partido Pirata. Otra comunidad que lo usa, de manera internacional, es OuiShare.

Loomio nació de las necesidades de los debates de Occupy en Nueva Zelanda, en 2012; hoy es una plataforma usada por millones de personas que buscan la mejor manera de resolver situaciones de manera horizontal y participativa. Una de sus creadoras, Natalia Lombardo, es argentina; trabaja junto a su novio y socio neocelandés Richard Bartlett y otros en forma de cooperativa. Y Enspiral, la red que integra, es un modelo de agrupación de emprendimientos justos, tomado como caso de estudio por Michel Bauwens en su trabajo en la P2P Foundation.

7

Economía colaborativa como vector del desarrollo: el programa de CIPPEC

El 2017 empezó con una convocatoria pública de CIPPEC y el BID para conformar su proyecto de desarrollo de economía colaborativa en ciudades. El proyecto se puso en marcha a principios de año, liderado por el Programa de Ciudades del CIPPEC. Se realizaron encuentros y jornadas en distintas regiones del país, en conjunto con gobiernos locales, para incubar emprendimientos. En junio se llevó a cabo la conferencia Hacia ciudades colaborativas en Buenos Aires, con participación de especialistas internacionales en economía y desarrollo. El programa sigue en marcha; es una buena oportunidad para debatir qué aspectos de la «sharing economy» pueden tomarse de manera que favorezcan a las comunidades de ciudadanas.

8

Coworking: llegó WeWork, gigante global

Si el fenómeno del coworking es una burbuja, sin duda es de larga duración. Argentina cerró el 2017 con más de 120 espacios en todo el país, de Tucumán a Comodoro Rivadavia y de Mendoza a Bahía Blanca. En 2017 abrieron coworkings en ciudades chicas, como Crespo, Entre Ríos, y también llegó al país WeWork, la compañía más importante en el rubro a nivel global, que en mayo abrió más de veinte pisos en la Torre Bellini. Es un desafío para los espacios más chicos, pero también una buena señal: parece que el coworking es más que una tendencia, y hay oferta para todos los gustos.

9

Es la ética, estúpido: la caída de Travis Kalanick, fundador y CEO de Uber

La caída de Travis Kalanick, fundador de Uber

Hay cosas que parece que nunca van a pasar hasta que pasan. El martes 13 de junio, Travis Kalanick, el fundador de Uber, anunció que se “alejaría” de la compañía por un tiempo. Exactamente una semana después, cinco miembros del directorio exigieron su renuncia inmediata. Travis era una suerte de cruza de Gordon Gekko y Ebenezer Scrooge, que se vanagloriaba de su codicia, su prepotencia y hasta su machismo. Esa, la del bully, fue la cultura imperante en Uber desde su fundación, en 2009, hasta el final de la primavera boreal 2017. En ese último día, incluso los inversores de riesgo notaron que esa impronta era mala, no solo para el mundo sino también para los negocios.

No pasó de un día para el otro: fue un goteo de exabruptos que se aceleraron en 2017. En enero, Donald Trump lanzó su veto antiinmigratorio y Kalanick, que formaba parte de su consejo asesor tecnológico, no solo no se opuso sino que lo apoyó. Además, aprovechó la oportunidad para hacer negocios: cuando los taxistas hicieron huelga, Uber aumentó los precios. Eso le valió la creación del hashtag #DeleteUber, que giró intensamente en redes sociales y se llevó unos cuantos miles de clientes a Lyft, la competencia. (Lyft, por su parte, comunicó que estaba donando parte de sus ingresos a una ong de defensa de los inmigrantes).

En febrero, una ingeniera ex empleada de Uber llamada Susan Fowler publicó un post donde describía cómo había sufrido acoso sexual y discriminación laboral en la compañía, y cómo desde Recursos Humanos habían desestimado sus denuncias una y otra vez. Escaló rápido y se convirtió en el caso testigo que encendió la mecha de cuestionamientos sobre el machismo en Silicon Valley.

Una semana después de la publicación del relato de Fowler, se difundió un video donde se veía a Kalanick maltratando a un conductor de Uber que le cuestionaba cómo la compañía establece las tarifas. “A algunas personas no les gusta asumir la responsabilidad de su propia mierda”, decía.

Esta suma de escándalos personales inclinó la balanza (comercial) con mucha más fuerza que decenas de acciones legales que intentan limitar a la compañía desde hace años. Y, quizás, esté ayudando a cambiar la cultura de Silicon Valley. No hay activo más valioso que la reputación, un recurso de manejo común.

10

La renovación de Creative Commons y el inicio de Open GLAM en Argentina

OpenGlam Argentina, diciembre 2017,MAMBA

A principios de 2017, la organización Creative Commons -un movimiento global para ayudar a compartir conocimiento y colaborar en su creación- comunicó un cambio en su estructura global. En busca de democratizar y horizontalizar lo más posible su trabajo, se abrió la participación a todas las personas, incluso las que no formen parte de ninguna institución. Así lo explicó en la Cumbre Global 2017, celebrada en abril pasado en Toronto, el director de estrategia de ecosistema de CC, Claudio Ruiz. También contó que el trabajo pasó a organizarse en torno a temas específicos, a través de plataformas. Las primeras tres plataformas que se pusieron en marcha son la de educación abierta, la de reforma de la legislación sobre derechos de autor (copyright) y la de GLAM (Galerías, bibliotecas, archivos y museos).

Precisamente en este rubro hubo un trabajo importante en Argentina. El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires inició la tarea de digitalizar su patrimonio bibliográfico y hemerográfico, con herramientas de software y hardware libre. De la mano de esta iniciativa, el 4 de diciembre se llevó a cabo el Primer Encuentro OpenGLAM Argentina organizado por el Museo, Wikimedia Argentina, Fundación Vía Libre y BiblioHack, con apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación. Cerca de un centenar de personas se reunieron para discutir las mejores formas de abrir el acervo cultural. Cinco grupos de trabajo abordaron los temas de digitalización, catalogación y publicación en línea, propiedad intelectual, conservación y financiación de proyectos. El encuentro fue el inicio de la muy necesaria construcción de una comunidad OpenGLAM argentina.

11

Mediactivismo en acción: los encuentros de Facción, RNMA y Tensión en la red

Facción 2017 - Foto: Emergentes

En un año políticamente muy convulsionado a nivel nacional, regional y global, se fortaleció el movimiento de activistas de la comunicación organizados en red. Argentina vio por lo menos tres eventos relacionados. El primero fue Facción, que recibió cerca de 500 asistentes de toda América latina en sus sedes de Avellaneda y la ciudad de Buenos Aires del 13 al 15 de  julio. Su programación, vinculada a las luchas por la ampliación de derechos humanos y culturales, mantuvo hasta cinco talleres simultáneos.

Poco después, del 18 al 20 de agosto, la Red Nacional de Medios Alternativos organizó su 14° encuentro en Rosario, con un perfil marcadamente federal. Su impronta fue de resistencia política, en el mes de la desaparición de Santiago Maldonado. Los temas centrales fueron la creación de agenda alternativa y los protocolos de seguridad para comunicadores.

Del 16 al 18 de noviembre, Tensión en la Red cerró el año con dos jornadas más eclécticas, definidas como “arte y hacktivismo”, donde se discutió el futuro del trabajo, las medidas de autodefensa digital y la normativización de los cuerpos. Quedó flotando en todos los encuentros la idea de que la comunicación ya no es una herramienta, sino el mismo campo de batalla por el (complejísimo) sentido común.

12

Más espacios de aprendizaje libre: Club de Software Libre de Barracas y R’yleh Hacklab, Festival de Cultura Libre de Rafaela

A fines de 2016, en un estratégico local bajo las vías del tren Roca, se formó el Club de Software Libre de Barracas, un espacio de aprendizaje horizontal que va más allá de la programación. Está hospedado por la generosa Fundación por el Arte hacia la Vida, que desde 1994 ofrece apoyo escolar y educación popular a la comunidad de la zona. El Club abre los sábados y organiza cursos de robótica, reparación de PC y programación, pensados tanto en términos de salida laboral como de experimentación y conocimiento entre pares. Es un espacio inclusivo, donde no se precisan requisitos de ningún tipo para formar parte. En diciembre pasado celebraron su primer año abiertos a nuevos proyectos.

En noviembre de 2017 abrió en el centro porteño R’yleh Hacklab, pensado para desarrollar proyectos colaborativos con tecnologías abiertas y libres. Nuclea a una comunidad un poco más especializada, en su mayoría desarrolladores de software, con la firme intención de crear un espacio no machista donde democratizar el acceso a las tecnologías libres. Ya comenzaron a dar talleres de programación y diseño web, entre otros temas. En todos los casos, la participación es gratuita, sostenida a partir de donaciones de la comunidad.

Mientras tanto, en Santa Fe, la única provincia del país donde el software libre es ley provincial… La joven Universidad Nacional de Rafaela convocó a la segunda edición de su Festival de Cultura Libre, una iniciativa de la carrera de Medios Audiovisuales y Digitales que dirige Esteban Magnani. Allí se dieron talleres sobre diversos tipos de herramientas libres aplicadas a diseño, robótica, música, narrativas transmedia y otras disciplinas, para mostrar que la cultura libre no es una discusión teórica, sino una práctica.

13

La Ciencia Abierta y Ciudadana crece

Primer workshop de ciencia abierta y ciudadana

Algunos temas escalan tan rápido que cuesta recordar cuándo comenzaron a hablarse. Parece mentira que el primer Workshop de Ciencia Abierta y Ciudadana en Argentina haya sido el 3 de noviembre, acá nomás: el éxito de la convocatoria mostró de sobra que hay una comunidad ansiosa por verse las caras y conversar. El encuentro, organizado por Cientópolis y la Fundación Cenit, fue en el hermoso Observatorio de la Universidad Nacional de La Plata. Reunió 32 pósters que presentaban iniciativas de universidades y colectivos de Buenos Aires, La Plata, Quilmes, Concepción del Uruguay, Mendoza y hasta Cali, Colombia. Hubo una decena de charlas y paneles y unas 15 conversaciones y talleres; algunas fotos pueden verse compiladas aquí. Entre otros temas, se habló de producción abierta y colaborativa, el tema central de una jornada anterior en Untref coordinada por Fundación Cenit. En ese contexto, se presentó AREA, la Red de Educación Abierta Argentina. Además Diego Torres, de Cientópolis, abrió la puerta a la conformación de una Red Argentina de Ciencia Ciudadana. ¿Será en 2018?

14

Diego Gómez, absuelto: Compartir no es delito

Diego Gómez podría haber sido un estudiante de biología más de la Universidad de Quindío, Colombia, pero le tocó ser un caso testigo. En el contexto de un grupo de estudio, subió una tesis de un graduado de la universidad a Scribd y después compartió el enlace en un grupo de Facebook. El autor lo demandó ante la justicia penal por violación de derechos de autor, un crimen que en Colombia puede ser castigado con hasta ocho años de prisión. Su caso fue tomado como bandera por organizaciones a favor de la cultura libre y el acceso abierto, como la Fundación Karisma, que puso a circular la campaña “Compartir no es delito”. El 4 de diciembre, el Tribunal de Bogotá lo absolvió y sentó así un precedente legal importante en favor de la libre circulación del conocimiento.

15

El imperio de los datos: del BigMac al BigData

Gafa Google Appel Facebook Amazon

2017 fue también el año en que la economía de los datos saltó de la letra chica al primer plano. El acrónimo GAFA, o GAFAA (Google, Apple, Facebook, Amazon, con la posible inclusión de Alibabá) suena cada vez más fuerte. Es lógico: entre esas cinco empresas -cuatro estadounidenses, una china- concentran la mayor parte del flujo de datos del mundo. Google controla cerca del 90 por ciento de las búsquedas y avisos asociados, Apple es el líder en venta de smartphones (y la empresa con mayor valuación), Facebook maneja el 80 por ciento del tráfico social móvil (y ni hablemos de Whatsapp), y Amazon está detrás de más del 40 por ciento de las ventas por internet (sin hablar de Amazon Web Services). Ellos son hoy los dueños de los datos que la humanidad genera con cada clic: cada búsqueda, cada reacción emocional en redes sociales, cada canción que se escucha, cada compra. Se calcula que hoy se crean (creamos) cerca de 2,5 trillones de bytes de datos cada día, que funcionan como combustible para los algoritmos que desarrollan y perfeccionan inteligencia artificial. En un mundo donde los datos son la moneda de cambio, las GAFA están ya empezando a experimentar con el sector de fintech, tecnologías financieras: ya se habla de un hipotético “banco Amazon”, o de sistemas de pagos digitales a través de Google o Facebook.

En diciembre de 2017, la Organización Mundial del Comercio sesionó en Buenos Aires e intentó impulsar acuerdos internacionales sobre «digitalización», bajo el paraguas de “comercio electrónico”. El objetivo principal era asegurar la «libre circulación» de la «corriente transfronteriza de datos». Es decir, evitar toda ley o regulación que obstaculizara la extracción de datos globales y los restringiera a territorios nacionales. Si los datos son el petróleo del siglo XXI -es decir, no solo una fuente de riqueza, sino LA fuente de riqueza que reconfigura todo el modelo industrial y productivo, el insumo principal de una serie de industrias derivadas y el combustible del desarrollo-, prohibir las regulaciones locales es atar de manos a los estados en favor de los que ya hoy son los actores principales: es decir, GAFAA. La economía de los datos funciona bajo la regla de «winner takes all», por el efecto de masa: cuantas más personas usan una determinada plataforma, más datos generan para ella, y así la fortalecen dándole más y más insumos para alimentar sus motores de inteligencia artificial y acelerar su desarrollo. Esto refuerza las posiciones oligopólicas y hasta monopólicas, y profundiza la desigualdad. Todavía no se aprobó ninguna legislación vinculante al respecto; la economía de los datos opera mayormente en un enorme vacío legal.

El 17 se recordará también como el año que sepultó a la -efímera- neutralidad de la red, la norma -estadounidense- que disponía que todos los paquetes de datos debían viajar por internet a la misma velocidad, sin preferencias. Enterrada esta medida, se abre la puerta a más oligopolios: un proveedor de comunicaciones, como ComCast, Verizon o AT&T, podría decidir que ciertos paquetes de datos viajen más rápido, y así romper con toda ilusión de igualdad que quedara en internet. Es cada vez más claro que la pelea para proteger los datos en el ámbito digital ya no es un tema de tecnología, sino de derechos humanos.

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Caja Negra, el documental que explica por qué el #NoalVotoElectrónico

Cuando se habla de cultura libre, de tecnología y datos, de democratización del conocimiento, a veces suena como algo muy abstracto, cuando en realidad es un tema concreto, cotidiano y urgente. Es simple: como les gusta decir a los militantes del software libre, la tecnología que no dominamos se usa para dominarnos. En el caso del debate por el voto electrónico -que nunca pasa de moda, aunque en 2016 fue rebotado en el Congreso  argentino- lo que se pone en juego es el secreto del voto, entre otros aspectos centrales a a la democracia y consagrados por la Constitución argentina. Por eso, la Fundación Vía Libre produjo Caja Negra: el mito del voto electrónico, un documental de 48 minutos que reúne los testimonios de especialistas en derecho y tecnología. Es una herramienta libre, excelente para abrir la discusión sobre un tema que compete a toda la ciudadanía.

17

Una aña importanta

Parece una pavada decir que 2017 fue el año de las mujeres: desde 2015, por lo menos, todos los años son el año de las mujeres, cada vez más fuerte. Pero hay que dejar registro. En realidad deberíamos decir «de la lucha de las mujeres por la igualdad». Una lucha que es cada vez más visible, más extensa, más global, más horizontal y ecuménica y abarca cada vez más ámbitos. Un frente no homogéneo ni simple, que tiene espacio para preocuparse también por problemas de clase, y es por eso que desde hace un tiempo se habla de «feminismo para el 99%». En 2017, esta lucha transversal atravesó todas las otras, y por eso no es casualidad que este párrafo se linkee con otros del post.

Fue el año en que el tema de los estragos machistas llegó finalmente a las primeras planas de los diarios de todo el mundo, ya no por las miles de mujeres que mueren al año víctimas de la violencia de género, sino por una punta del iceberg más ínfima pero mucho más visible: el machismo en la industria del espectáculo. En Estados Unidos, las denuncias hicieron caer a figuras importantísimas como el productor Harvey Weinstein o Kevin Spacey. Aquí el año había empezado ya con el músico Cristian Aldana en prisión, y la ola no paró. Cobró fuerza el hashtag #Nonoscallamosmás, en paralelo al más global #Metoo.

En particular, en el área de tecnología y cultura digital encontramos desde hace un tiempo -y con una presencia más marcada en 2017- colectivos y organizaciones que promueven la igualdad de género, la inclusión, la cultura libre de acoso, la igualdad de oportunidades de carrera y la equidad de salarios en la industria con más desarrollo en la actualidad. Esta movida es global: como dijimos, una de las razones centrales de la caída de Travis Kalanick, fundador y ex CEO de Uber, fue una denuncia de machismo como cultura corporativa. En Argentina hay organizaciones como ChicasenTec, Linuxchix o nuevos grupos como Lasdesistemas, que promueven la sororidad y la visibilidad de las mujeres en tecnología. Están cobrando relevancia también agencias de capacitación y empleo enfocadas en mujeres, como ADA, que ofrecen a las empresas de desarrollo de software personal femenino para ayudar a cerrar la brecha de género. Además, avanzan las iniciativas para promover el estudio de informática en chicas adolescentes, como Programando un mundo mejor (PUMM). Según un estudio de la Fundación Manuel Sadosky, solo el 3% de las adolescentes argentinas manifiestan interés por estudiar informática, contra el 20,7% de los adolescentes. Por eso, algunos espacios se manifiestan explícitamente como libres de machismo y dan preferencia a mujeres e integrantes del colectivo LGBTQ en sus cursos, como R’yleh Hacklab o los talleres del centro cultural Tierra Violeta.

También se intensificaron los cursos y manuales de autodefensa digital feminista, para combatir el acoso y el abuso tanto presencial como en línea, y el trabajo por una internet feminista y segura para las mujeres, impulsado desde hace años por organizaciones como GenderIT o la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología, entre muchas otras; por suerte, cada vez más. Desde allí también se abre el camino para batallas de fondo, como el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

¿Y qué tiene que ver el feminismo con la economía de los datos con los procesos colaborativos con los circuitos de creación de valor? Todo 🙂 Como se escuchó en Comunes, la lucha contra el patriarcado es también la lucha contra los abusos del capitalismo… en todos los casos estamos trabajando para ser menos engranajes de máquinas ajenas, y más personas libres, humanas, autónomas, felices y conectadas. Pero conectadas de verdad. No (solo) de conectividad, sino de conexión.

 

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