Economía de la suficiencia: del budismo al marketing
Este artículo fue publicado originalmente en el sitio web de la revista Noticias.
En un mundo dominado por la búsqueda del mayor rédito a corto plazo, no es común escuchar que se apele a la moderación de las empresas. Por eso, la intervención de la consultora tailandesa Sirikul Laukaikul trajo aire fresco a la segunda edición de Sustainable Brands, la gran conferencia de sustentabilidad y marcas que se celebró en La Rural, con más de 70 oradores (¡incluido el plan c!) y 1200 asistentes. Laukaikul presentó la idea de la Economía de la Suficiencia, basada en la moderación: “tomar lo necesario, y decir ‘ya es suficiente’”.
¿Qué es la Economía de la Suficiencia?
Es la economía de la moderación. En inglés decimos “enough economy” (“la economía de lo suficiente”). En el mundo los problemas hoy vienen porque nunca tenemos suficiente, siempre queremos más y más y más. Cuando no tenés suficiente llegás a un estado de codicia, y la codicia lleva al enojo, el odio, la ignorancia, a un montón de cosas malas. Todos los problemas del mundo vienen de la falta de control de la codicia. No es buena para las personas ni para las compañías; tarde o temprano, las malas acciones llevan a malos resultados, también en las empresas. Podemos pensarlo como mal karma. Si pudiéramos aprender, las personas y también los negocios, a decir “tengo suficiente”, podríamos empezar a compartir, a colaborar, para hacer algo mejor.
¿De dónde viene esta idea?
El corazón de esta filosofía viene del budismo, que está basado en la moderación. Y la moderación significa la parte del medio, no los extremos, en ningún caso. No significa que tenga que ser simétrico, porque mi moderación no es siempre igual a tu moderación.
El rey de Tailandia vino con la idea de cómo podemos llegar al punto de moderación. La llamó filosofía de la economía de la suficiencia. Descansa en tres principios y dos condiciones. Para identificar tu moderación, el primer principio: tenés que conocerte, conocer tus fortalezas, tus valores, tus creencias. Segundo principio: todo tiene que ser racional, tenés que usar tu lógica para tus acciones, no hacer las cosas porque tus amigos las hacen. Todo tiene que tener una justificación. El tercer principio es sobre el futuro: no estamos aquí solo por hoy. Tenés que crear autoinmunidad, protección, no sobreutilizar las cosas; manejar los riesgos que las acciones actuales crearán sobre el futuro.
Estos tres principios andan sobre dos condiciones. La primera es acerca del conocimiento, que es esencial; es muy poderoso, tenemos que tomar las decisiones correctas. Y la segunda condición es la virtud: usar el conocimiento con una buena ética, un buen corazón. Vos decidís cuál es tu moderación.
¿Qué pasa si mi moderación es muy diferente de la moderación de una gran empresa?
¡No es el punto! Si vos conocés tu moderación, eso es suficiente. No es cuestión de andar señalando a otros con el dedo. ¿Por qué tenes que controlar a otras personas? ¡Aprendé a controlarte a vos mismo! Vos podés cambiar, y a partir de tu cambio enseñarle a tus alumnos y a tus amigos. No tenés que esperar que otras personas sean moderadas. Tienen sus propias razones.
Esta idea de la moderación budista aplicada a los negocios, ¿es usted la primera en destacarla?
No, esta es la filosofía del rey de Tailandia, yo solo aprendo de él. Solía trabajar para una firma de un conglomerado global. Las grandes empresas están llenas de pequeñas personas diciendo “No puedo dormir, tengo que alcanzar un objetivo, mi jefe va a hacer esto y aquello, no puedo ser mi propio jefe”. Todo lo que había en mi mente era dinero, todo era acerca del dinero. Sentía que estaba perdiendo balance en mi vida, así que empecé a estudiar la filosofía de mi rey y tratar de entender la idea de moderación, ¿qué quiere decir con moderación? Lo suficiente. Solo seguí su modelo, tres principios y dos condiciones. Empecé por conocerme a mí misma; empecé a pensar, ¿cuánto dinero necesito? Y calculé el camino de mi vida de acuerdo a estos principios. Dejé mi trabajo en la gran corporación y empecé a trabajar como consultora freelance. Como me conozco, y sé cuánto tengo que gastar, sé cuánto tengo que ganar. Y después puedo manejar eso, simplemente soy racional. Cuando me quiero comprar algo… antes pensaba, me lo compro, ¡tengo el dinero! Pero ahora pienso que tengo que ser moderada. No quiere decir que me tengo que sacrificar. Yo siento que estoy a la moda, me gusta mucho vestirme, pero, ¿por qué tengo que comprarme algo en cada color? Para estar a la moda, con un artículo debería ser suficiente. También pienso en el futuro: si voy a comprar algo, tengo que estar segura de que tengo suficiente dinero para comprarlo sin usar mis ahorros.
¿Cómo lleva estas ideas a la gente de negocios?
Soy consultora. Solía trabajar con bancos, pero es importante empezar de lo chiquito. Tengo la libertad y el poder de elegir los clientes, porque no pertenezco a una gran corporación, donde estás obligado a trabajar con una compañía aunque no te guste cómo se comportan. Yo elegí a clientes que llevan sus negocios con un buen corazón. Cada vez que se me acerca un cliente, le hablo, para entender si compartimos los mismos conceptos o no. Si averiguo que sí, empezamos a trabajar juntos. El marketing puede servir para difundir estas ideas y crear un comportamiento responsable y consciente.
¿Cómo puede escalar este modelo, que parece tan lejano al espíritu de los negocios?
No todo el mundo cree en ser bueno ni en compartir. Pero todo el mundo puede tener un buen corazón; a veces ese corazón no encuentra su camino. No todas las personas aquí reunidas entienden de verdad la sustentabilidad; solo unas pocas. Pero un pequeño grupo de personas puede cambiar el mundo. Entonces empezás con ellos. Yo estoy feliz de trabajar con unos pocos, que pueden crear un pequeño cambio en la sociedad. Creo que cuando la gente ve este cambio, esto puede crecer, como una bola de nieve.
¿Qué feedback recibe de los empresarios?
Algunos aman la propuesta y se compromenten con ella. Otros piensan “esto es demasiado abstracto, esto para soñadores”. Depende de cada uno; los que creen en esto, pueden lograr un cambio. Tenés que creer en vos, creer en tu poder, en el poder que tenés de cambiar las cosas. No tiene que ser algo grande; alcanza con creer que podemos hacer algo mejor.