La parábola del carpooling en Argentina: más local que global
Este post es parte de la serie #balance2016
Fue uno de los post más leídos del año: en febrero pasado, la compañía de carpooling Tripda cerró su operación global, incluida por supuesto la de Argentina. Era la única compañía grande de carpooling que había desembarcado aquí -a diferencia de Brasil y México, donde opera el gigante europeo BlaBlaCar-. Y duró poco, apenas un año.
En 2015, casi todas las pequeñas start ups dedicadas al carpooling en Argentina habían cerrado, tal como puede verse mirando los tachones en la página de movilidad de la guía. Una incluso le había legado su base de usuarios a Tripda (en una operación que se comunicó como una venta, algo que luego la misma gente de Tripda desmintió). Y Sincropool, la única que había logrado un modelo de negocios rentable, pivoteó hacia la gestión de la movilidad corporativa.
Solo quedó en pie Carpoolear, la pionera. El truco es que no es una start up en busca de ganancias, sino una plataforma creada y mantenida por la ONG STS Rosario: no corre, entonces, los peligros de no cumplir con los objetivos de los fondos de inversión, lo que mató a Tripda. No crece a escalas comerciales, pero tampoco se ahoga. Resiliencia comunitaria 🙂
En marzo, la Universidad de Córdoba lanzó Viaje compartido UNC, basado en la plataforma de Carpoolear. A mediados de 2016 se sumó otra plataforma creada a pulmón, Jump In, con una opción interesante y acorde a los tiempos: buscar viajes solo para mujeres.
Así como Carpoolear está basada en Rosario, Jump In está basada en Mar del Plata. A la larga, todo está hecho por gente, incluso las start ups; cuando se trata de crear comunidades de confianza, la localía es un factor importante.
2017 arranca como una suerte de 2013 depurado, en otra vuelta de la espiral: quedaron las chicas, sí, pero con otro conocimiento del terreno y otra conectividad. También, de a poco, va creciendo el carpooling inorgánico, el de siempre: el de «voy para allá, ¿te llevo?», potenciado en redes sociales. En líneas generales, Argentina -América latina toda- se resiste todavía al uso masivo del carpooling. Se supone que Argentina, así como Chile y Perú, está en los planes de BlaBlaCar, pero todavía no hay novedades en ese sentido; no sería raro que estén esperando a que el mercado madure.