Reciclaje: de la informalidad al sistema
Este mapa muestra las tasas de reciclaje de los países europeos, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Mientras Austria recicla el 63% de sus desechos y Alemania el 62%, Bulgaria no recicla nada. Todos los países ex soviéticos, que se integraron a la zona euro más tarde, muestran tasas menores que las de Europa Occidental.
En América latina, este mapa es una utopía: no tenemos datos detallados por país. La Fundación Avina ha calculado los números de la región para 2012:
En total, solo el 2,2% de los desechos de la región es formalmente recuperado y reciclado. La palabra clave es “formalmente”, que se refiere a los programas del gobierno. En América latina y el Caribe es mucho más frecuente el reciclaje informal, es decir por cuenta propia de quien rebusca en la basura y consigue convertir el desecho en mercancía.
En Argentina se los llama cartoneros; en cada país reciben otro nombre. Según el informe de la Fundación Avina, estos trabajadores precarizados se hacen cargo del 90% de la basura, y reciben solo el 5% del valor que generan. En general, no solo no se les paga bien ni se les agradece su tarea, sino que encima se los estigmatiza.
El dato alentador del informe es que ya hay mil organizaciones de recicladores en la región. Me atrevo a pensar que se quedan cortos por falta de datos: parece demasiado poco para una región que genera 370 mil toneladas de residuos sólidos por día. Marchamos hacia la organización y la colaboración entre sociedad y gobierno; lento, pero vamos.