Dementes Libres, gira mágica y tecnológica
Desde comienzos de abril, un grupo de desarrolladores de software recorre el centro del país dando talleres de acercamiento a la tecnología para chicos y jóvenes e intercambiando experiencias con las cooperativas que encuentra por el camino. Ellos son Néstor Ancel, Fernando Claverino, Claudio Bidau, Rodrigo Monelos, Federico Díaz y Jonathan Katz, miembros de la cooperativa El Banquito, y Neto Licursi, del colectivo Crear – el arte y la tecnología. Bautizaron a su gira Dementes Libres: en total cuatro semanas en la ruta, uniendo Río Cuarto, varias ciudades de Santa Fe, Azul y Tandil. El cierre de la gira será el próximo sábado 26 en la Universidad de Quilmes, en el marco del Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (Flisol).
En cada punto, este taller rodante y colaborativo visita escuelas primarias, secundarias, universidades, organizaciones sociales y cooperativas. A los más chicos les proponen actividades como “El robot humano”, una suerte de introducción a la programación en términos muy sencillos: se invita a los chicos a escribir instrucciones de movimiento que serán interpretadas por un “robot” (humano), y después se pasan estas instrucciones a programación real para que funcionen sobre un verdadero robot. Para los estudiantes secundarios hay actividades con placas de Arduino, que permiten, por ejemplo, hacer música con un instrumento a base de masa para pizza, que cambia según se amasa, o construir elementos que combinan mecánica, electrónica y programación con, por ejemplo, palitos de helado. Y en los niveles de educación superior, se trabaja sobre las ventajas del software libre, y se enseña a instalarlo y usarlo.
Hay también talleres de metodologías ágiles y aprendizaje alternativo, jornadas de reciclado de tecnología y actividades de intercambio de experiencias entre cooperativas, poniendo el acento en formas de organización del trabajo alternativas a la empresa tradicional, incluso (o particularmente) en una industria tan exitosa y competitiva como la del software.
Los puntos de la gira fueron elegidos a partir de invitaciones de cooperativas tecnológicas locales. El contacto, y la idea original, surgió del plenario de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (FACTTIC), en diciembre pasado.
Unos días antes de la partida, el plan C visitó al equipo de Banquito para conocer más sobre su gira. Ellos contaron que la Argentina hace punta en cantidad y desarrollo de cooperativas de tecnología; según aseguran, hay más cooperativas de este tipo en el país que en el resto del mundo, unas treinta, en parte debido al gran trabajo de organización, incubación y difusión que desarrolla FACTTIC desde su fundación, hace un año y medio. La Federación apoya la gira, y los contactó con la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, que les aportó una camioneta.
“Nosotros nos organizamos como cooperativa para poder hacer esto: lo que queríamos”, explica Fernando Claverino. “Tenemos mucho trabajo, como cualquier empresa de software. Pero desde hace un par de meses le avisamos a los clientes que durante cuatro semanas no íbamos a estar acá. Cuando volvamos, retomaremos los encargos”.
“Pusimos a disposición nuestra voluntad, tiempo y conocimientos por un mes. Las cooperativas fueron el nexo con cada lugar, pero no vamos con el itinerario cerrado: no sabemos exactamente qué vamos a hacer en cada lugar, ni dónde vamos a dormir”, enfatiza Rodrigo: “soltar y confiar”.
“Esto no es nuestro proyecto sino una iniciativa replicable, que esperamos sea replicada; por eso, vamos a poner disponibles online todas las actividades, y también los elementos que usamos, que son de código abierto”, asegura Claudio. “Las actividades las liberamos, con el compromiso social como valor. Nuestra intención es mostrar que con materiales muy simples pueden hacerse grandes cosas. Está bueno como estímulo, para que los chicos de todo el país vean que pueden más”.
“La idea es hacer vínculos”, asegura Fernando. “Pensamos en este como el primer viaje. Nos gustaría que alguien tome esto como ejemplo y lo siga”.
Los integrantes de la cooperativa se conocieron coincidiendo en hackatones con objetivos sociales. “Después tuvimos la suerte de trabajar para proyectos con impacto social, como Un Techo para mi país, o varias iniciativas de datos abiertos”, cuenta Claudio. Así fue germinando la idea de asociarse en forma de cooperativa y convertir su conocimiento en algo más que una fuente de trabajo. “Éramos programadores freelance, y un día, gracias a un amigo que tenía un espacio libre en su oficina, empezamos a compartir una mesa. El trabajo fue apenas la excusa para crear todo lo otro”.
“Todo lo otro” hoy se esparce, se difunde y crece por el país. No hay más que ver la bitácora de la gira Dementes Libres para entender que en cada escuela sembraron la curiosidad, la autoconfianza y las ganas de aprender, jugar y hacer más con la tecnología.
Todas las fotos son cortesía de El Banquito – Dementes libres.