Arduino y Raspberry, sucundum sucundum
La comunidad maker, datera y colaborativa de Mar del Plata pasó el último fin de semana lejos de las olas: tomaron el espacio de SUMA Conectivo para una doble jornada de hackatón, que buscó avanzar sobre las posibilidades del hardware libre. El viernes 14 trabajaron sobre la plataforma electrónica Arduino, a partir de un taller a cargo del Club Arduino Argentina. El sábado 15 se dedicó a la computadora de placa única Raspberry Pi, empezando con un taller coordinado por Emiliano Canedo. Hubo más de treinta participantes, llegados desde lugares tan remotos como Paraná y Buenos Aires.
Lolo Schauer, el impulsor del espacio, resume los logros del encuentro:
«SUMA Conectivo es una plataforma colaborativa para trabajar, experimentar, aprender y divertirse. Un gimnasio para el cerebro. Un club. Una asociación sin fin de lucro. Una comunidad que promueve el desarrollo las nuevas tecnologías e industrias creativas de Mar del Plata. Y organizamos un nuevo hackatón por que es el mejor ejemplo para transmmitir todo esto. Por que se trabaja (bastante), se experimenta (mucho), se aprende (algo) y nos divertimos (como siempre).
Estos fueron algunos de los proyectos desarrollados:
Enchulando escaparates: enormes amigos, diseñadores y artistas (los Esmile Studio) lideraron el proyecto. Tenían como objetivo permitir al caminante curioso que va chusmeando las vidrieras poder vivir una experiencia diferente, más de ida y vuelta, utilizando otros sentidos, además de la vista. Ojos luminosos con leds, la marcha imperial musicalizando el momento, detectores de fuego, pisadas y hasta un stepper para subir y bajar un globo de helio (no se llegó a esta instancia) conformaban la propuesta. Se utilizaron varios arduinos, pinceles, cajas de cartón, pintura, globos, parlates, césped sintético y mucha colaboración por parte de programadores.
Traductor: con una plaqueta Raspberry pi, algunas APIs de Google y Windows, un micrófono y mucho ingenio, otro diseñador y sumista, Juan Ignacio Serra, programó un sistema que permitía hablar en cualquier idioma (probamos ruso, alemán, francés, japonés y hasta checo) que automáticamente salía por los micrófonos su traducción, también en el idioma que uno desee.
Collective JukeBox: excelente idea, craneada por colegas de Buenos Aires, Paraná y Mar del Plata, amantes de los hackathones. Lucas Rudi, Marcos Viviar, Franco Rabaglia y equipo, crearon una app nativa para iOS y su respectiva versión web, ideal para poder pasar música democráticamente en una oficina y, por que no, en un bar. En resumidas palabras, el “aparato” (una Raspberry pi) tiraba una señal de wifi a la cual había que conectarse para poder ir eligiendo los temas que uno quería escuchar, cada uno con su respectivo smartphone o pc. El sistema utilizaba la API de Spotify, iba creando una lista de reproducción según los gustos y elecciones de los presentas… y wala!
Drummer Bot: simple, pero no tanto. Un robot baterista. El sistema repite un patrón de golpes que toma de un micrófono, haciendo sonar un tambor
Quadcopter: proyecto ambicioso, excelente! Quizas un poco grande para un hackathon de 12 horas. Maia Cordero tiró la idea, trajo bastantes juguetes y formó el equipo. Poder listar todos los requerimientos ya fue un primer paso más que satisfactorio. Lo más interesante es que se armó un lindo equipo que seguramente tendrá trabajo por los próximos… meses / año.»
Algunos proyectos más pueden verse en el hackdash, la cartelera interactiva del hackatón.
Uno de los protagonistas del encuentro, Marcelo Hernández, escribió una crónica desde adentro de las más de 24 horas de trabajo común. «Lo lindo de los hackatones es que te ponés a hacer cosas de las que no tenés ni idea de cómo encararlas», asegura. «Uno nunca sabe qué puede salir cuando un grupo de personas se pone a cranear una idea». Aquí la crónica completa.