La próxima vuelta de la espiral
La fabulosa Lala Deheinzelin, especialista en economía creativa, colaborativa y 4D, futurista y fluxonomista, fue otra de las protagonistas de Emergências. Se despide con este texto acerca de cómo «compartir la mitad llena del vaso», tan movilizante que me tomé la libertad de traducirlo y republicarlo.
Mesa final del #Emergências2015, ese encuentro que es futuro en el presente. Habla el sabio Benki, de los Ashaninkas Acre.
El discurso aquí es plural, fantástico, diverso, abierto.
Recibí una clave aquí, de un líder que tiene mucha claridad. Hay acciones urgentes y emergentes. Las urgentes reaccionan al presente, para que no sea retroceso. Importante.
El evento se llama Emergencias. Quiere revelar lo emergente, la próxima vuelta de la espiral.
En los temas de vanguardia, lo emergente, creativo y colaborativo es protagonista. En la política todavía estamos atrapados por lo urgente, reactivo.
Me sorprende, como futurista, lo poco que se habla de cambio de modelo político.
Pasamos de la monarquía a la democracia representativa. Y, simultáneamente, dejamos atrás la economía basada en el trabajo esclavo.
Ahora vivimos un momento como ese del abolicionismo, de cambio de modelo político y económico. Del representativo al distribuido, en red. De la economía del consumo a la economía del cuidado.
Pero aún son pocos los «abolicionistas». Los que cuidan aquello que está por emerger. Quienes proponen y estructuran la próxima etapa.
Emergencias es un vivero de ideas para revelar lo urgente. Tal vez hasta revelar cuán obsoleto es el comportamiento reactivo, cuando el rencor nubla la visión de todo lo que sería posible y deseable, ahora.
Estoy segura de que aquí se revelan y conectan aún más las personas dedicadas a diseñar el modelo político y la economía para el bien común, gestionados por el colectivo. Un modelo que aprenda del partidario y representativo para poder ir una octava más arriba. ¿Probablemente una democracia digital directa y distribuida?
En un mundo en red y exponencial, sólo el colectivo es capaz de gestionar el colectivo.
Ni el más hábil y eficiente gobierno centralizado y con esta forma de representatividad sería capaz de resolver las cuestiones de un mundo exponencial.
Qué bueno que ya existen conocimientos, herramientas, tecnologías, personas, recursos para que podamos dar ese salto y asumir los «co»: cocrear, compartir, colaborar, cogestionar.
Como el cambio de modelo político y económico es inevitable, es sólo una cuestión de tiempo, espero que seamos cada vez más a los que nos dedicamos a la próxima vuelta de la espiral.
Ir una octava más arriba en el modelo político y económico.
Deseable mundo, ahora.
Que puede ser improbable, pero es perfectamente posible.
Honro y agradezco a todos los que hicieron este Emergências. Que es un termómetro y un retrato increíble. Revela tanto aquello que es obsoleto como lo que es oportuno.
Para que la gente pueda darse cuenta y entonces elegir mejor. Salir del obsoleto comportamiento reactivo, dividido entre nosotros y ellos, el comportamiento que mantiene las cosas como están.
La naturaleza humana es proactiva, creativa. Le gusta ir más allá.
¿Vamos más allá?
¿De víctimas reactivas a coautores pro activos?
¿Del rencor reactivo al afecto creativo?
Humanidad.
Unidad en la diversidad.
No más nosotros y ellos.
Basta, ¿no? Al final hace algunos milenios que eso no viene funcionando…
Qué bueno que ahora podremos vivir el nosotros. El bien común. El colectivo.
Qué bueno que ahora podemos borrar de nuestro vocabulario las obsoletas palabras de guerra y competencia y crear otro léxico que reciba la colaboración.
Qué bueno que tenemos lenguaje, ética y estética para unirnos en lo hermoso, en la celebración, en la reciprocidad, la bienvenida, la alegría.
Qué bueno que tenemos visión suficiente como para no hablar de lo que nos falta, sino de lo que tenemos. Para no sufrir más por mitad vacía del vaso y sí optimizar cómo compartir la mitad llena.
Qué bueno que nuestros hijos y nietos tendrán una experiencia de participación política diferente a la nuestra.
Unidos en la alegría del hacer.